... y encendió una barrita de incienso.
En vez de entrar, el aroma se escapaba por la ventana.
Soy proveedora de la sed,
de los sueños autora y
de los dibujos la inspiración.
Pero déjame pasar, no me dejes fuera.
Deja que dibuje
como los sueños me dicten
y si tienes sed,
llena un vaso de recuerdos
y bébelo, trágalo...
hasta que no te acuerdes de nada,
para volver a empezar,
sin fantasmas de los que huir.
Pero ábreme tu puerta,
déjame pasar,
déjame deambular noctámbula
entre calles desconocidas,
buscando alguna pista
que me deje salir del simple y triste recuerdo;
déjame abandonar esta vana historia
de sueños, noches, voces, sed;
que me pierdo,
que me ahogo,
que me anulo,
que me quedo sola, muda,
sin gestos con los que hablar,
y tengo tantas cosas que decir...
de los sueños autora y
de los dibujos la inspiración.
Pero déjame pasar, no me dejes fuera.
Deja que dibuje
como los sueños me dicten
y si tienes sed,
llena un vaso de recuerdos
y bébelo, trágalo...
hasta que no te acuerdes de nada,
para volver a empezar,
sin fantasmas de los que huir.
Pero ábreme tu puerta,
déjame pasar,
déjame deambular noctámbula
entre calles desconocidas,
buscando alguna pista
que me deje salir del simple y triste recuerdo;
déjame abandonar esta vana historia
de sueños, noches, voces, sed;
que me pierdo,
que me ahogo,
que me anulo,
que me quedo sola, muda,
sin gestos con los que hablar,
y tengo tantas cosas que decir...
No me retengas ahí,
pequeñita, latente,
como una triste gota
de aquel vaso de recuerdos.