Hace algunos días estuve paseando, durante un día precioso, por la calle Sierpes de la ciudad Hispalense. De repente, se nos puso delante un muchacho con la camiseta de Adena. El chico, muy entusiasmado, nos instó a mi acompañante y a mí a que le escucháramos durante unos minutos, en los que trataría de convencernos para que nos asociáramos a tal ONG.
He de decir que no me gusta precisamente que me aborden por la calle para venderme la moto, y mucho menos, que se trate de una ONG. Siempre suelo decir que soy estudiante -un gran eufemismo que viene a decir que no tengo un duro- y normalmente me sonríen y me dejan en paz. Pero como mi acompañante es un ecologista declarado, pues nos paramos a escucharlo.
Al principio, el muchacho parecía simpático, nos habló de los animales, de la naturaleza, nos preguntó qué hacemos para cuidar del planeta.
Pero en un segundo, su discurso comercial se ennegreció al comenzar a criticar a otra organización ecologista. Dijo algo así como 'que la habían quitado de enmedio por haberla cagado'.
'¿Qué ha hecho?', pregunté, sabiendo la respuesta. Pues qué va a hacer: liarla. Abordar a los buques balleneros, organizar manifestaciones en contra de construcciones ilegales... y todo eso con cámaras de televisión. No por gusto, no por autobombo, sinó, en mi opinión, para encender a la opinión pública, otro actor del escenario internacional. Supongo que el pobre no tendrá culpa y nos soltó lo que Adena le dijo que soltara. Me cabreó que criticara a otra Organización No Gubernamental, en teoría una aliada, no una competidora.
¿Eso es cagarla? ¿Esto que es, una ONG, una empresa, o qué es? ¿En serio eres un voluntario? No me lo creo. Desde ese momento le hice la cruz. Ya no le escuchaba medio interesada, incluso divertida, sinó cabreada. Incluso se me escapó una carcajada -muy mal- cuando nos sentenció que 'hacerse socio no es cuestión de dinero, sinó de confianza'.
¿En serio? Necesitáis dinero para seguir funcionando, y gente comprometida con los valores de esa ONG, no confianza, carajo.
En general no me gusta que me vendan la moto. Pero mucho menos si se trata de una ONG. Por suerte, al decirle que no iba a hacerme socia -obvio- nos dejó en paz en seguida.
domingo, 25 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Todo se ha mercantilizado y parece que las ONG's cuentan su valía por la cantidad de socios que tengan y no por la calidad de lo que ofrecen, que al fin y al cabo va a servir para otras causas.
Yo me declaro insolvente (o disolvente" y me quito del medio, si quiero ayudar yo buscaré la forma, no me gusta la caridad a domicilio.
Saludos!
Como era aquello... Por interés te quiero Andrés.
Paso a dejarte un beso y a agradecerte la visita.
Lo dicho, un beso.
Yo creo que con un "soy taurino", también te dejan en paz.
Aunque yo normalmente suelto el "tengo prisa".
Un Saludo
Seguro que tu acompañante pensó lo mismo que tú. Aunque seguramente estaba más interesado en disfrutar de tu compañía que en escuchar a aquel tipo. Suposiciones... :)
Gracias hasta los cojones! Pues imaginaos a Kiski diciendo: 'mira, soy taurino y estudiante', la cara del de la ONG...
La verdad es que mi acompañante disimuló muy bien, pero sé que en el fondo no le hacía mucho caso... estábamos en otro rollo...
Un beso!
Los valores q son valores ni se compra ni se vende.Son los valores d cada personas y hay q saber respetarlos,¿pero sin perjudicar ha nadie?bess
Publicar un comentario